sábado, 30 de abril de 2011

LA HISTORIA DE LAS COSAS


Al final de la pasada evaluación vimos en clase un video sobre el consumismo, donde se explican tanto las fases de extracción de recursos y producción de bienes que nosotros no vemos, como la fase de venta de esos productos en el mercado; la cual es la que mejor conocemos todos;  y por último la fase de destrucción de nuestros desechos.
En el principio del proceso se encuentra la extracción de recursos; la cual en un primer momento se hacía en los países desarrollados; pero al ver que se agotaban los recursos, las grandes empresas empezaron a explotar al tercer mundo. Destruyendo así cada vez más el planeta y agotando los recursos naturales hasta sus límites. Y ¿qué pasa con las personas del tercer mundo? Unas trabajan para esas grandes empresas a cambio de salarios mínimos que apenas les dan para subsistir, otras simplemente permanecen al margen de la situación sin poder hacer nada, viendo como se destruye el planeta.
Segundo punto de la cadena; la producción de bienes. Se usa energía para mezclar los recursos naturales con químicos tóxicos; de esta manera se fabrican productos contaminados. Al consumir y usar productos contaminados las personas nos vamos contaminando, hasta tal punto que la leche materna humana es uno de lo productos alimentarios más tóxicos. ¿Pero por qué hemos llegado a este punto? ¿Cómo permitimos esta situación? No nos paramos a pensar en el riesgo que corre un recién nacido al tomar productos tóxicos; cuando en realidad desde siempre se ha considerado a la leche materna el mejor alimento para los recién nacidos.
Y ¿qué pasa con los trabajadores de las fábricas? Ellos son los que más se contaminan y más riesgo tienen de padecer enfermedades. La mayoría de ellos no tiene otra opción, actualmente el trabajo es escaso y quienes tienen una familia a la que alimentar trabajan donde sea por sacar adelante a sus seres queridos; aunque con ello corra peligro su salud.
Además no solo contaminan los productos que se fabrican, sino que el humo que sale de las fábricas y los vertidos también son perjudiciales tanto para la salud como para el medioambiente.
Cuando los recursos ya son productos se llevan al mercado para ser vendidos a precios lo más bajos posibles, para que de este modo su consumo aumente y por tanto se venda mucho.
La forma de mantener bajos los precios es pagar muy poco a los empleados, tenerlos sin seguro,… etc. Se externalizan los costes, es decir, no se paga realmente lo que compramos. Lo pagan las personas que se quedan sin recursos naturales en el tercer mundo, las personas que se contaminan mientras trabajan en las fábricas, los niños que dejan las escuelas para trabajar a cambio de unas pocas monedas…etc.
Supuestamente los gobiernos deberían evitar que se produjeran estás situaciones, pero no es así. A menudo los gobiernos están más preocupados de que las empresas evolucionen cueste lo que cueste, que de que no se explote el tercer mundo, a los trabajadores, que los niños no tengan la educación que deberían… etc. Nadie hace nada para que la situación cambie, y los pocos que los intentan no tienen la fuerza ni los medios suficientes.
Quiero hacer hincapié en esto porque me parece muy importante, los 191 países miembros de las Naciones Unidas acordaron conseguir unos objetivos de milenio para el 2015; ocho objetivos entre los que están: erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, mejorar le salud materna, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo; entre otros. Y como vemos, estamos ya en 2011 y para nada se ha empezado a luchar por conseguir estos propósitos.
Si os interesa el tema de los objetivos de milenio y de la cumbre del G-20; os aconsejo que veáis la película “La chica del café” es muy interesante y os aseguro que os hará reflexionar. Aqui os dejo la portada de la película.
Volviendo al tema de la cadena del consumo; cada vez las personas consumimos más, hemos llegado a consumir el doble que hace 50 años.
Al final de la Segunda Guerra Mundial un economista dijo: “Nuestra economía tan productiva requiere que hagamos del consumo nuestra forma de vida, que convirtamos en rituales la compra y el uso de bienes, que busquemos la satisfacción espiritual y de nuestro ego en el consumo, necesitamos que las cosas se consuman, quemen, remplacen, desechen, a un ritmo cada vez mayor”. Y como era de esperar los gobiernos lo apoyaron.
Por otra parte, todos nuestros productos tiene obsolescencia programa, que significa que están diseñados para ser desechados; se diseñan cosas para que sean sustituidas por otras los más pronto posible. También está la obsolescencia percibida, sirve para convencernos de tirar cosas que aún son completamente útiles; simplemente cambian la apariencia de las cosas. Un ejemplo de ello es la moda; cada año sacan nuevas tendencias y la ropa que compras un año, al año siguiente ya está pasada.

Los estudios demuestran que la felicidad ha ido disminuyendo a partir de los años 50, en el mismo momento en que estallo todo este boom del consumismo. Ahora tenemos más cosas pero cada vez menos tiempo para lo que realmente nos hace felices; trabajamos más que nunca y apenas tenemos tiempo para la familia y los amigos; y el poco tiempo libre que tenemos lo solemos invertir en la televisión y las compras.
Finalmente llegamos al último punto de la cadena; la destrucción de nuestros desechos.  En muchos países cada persona genera una media de dos kilos y medio de basura por día, el doble que hace treinta años. Esa basura o se echa directamente a un agujero en la tierra o se quema y después se echa al agujero. Al quemarse todos los tóxicos que se usaron en su fabricación van a parar al aire; contaminando así aún más. Reciclar es una buena opción, pero no es suficiente. Además hay muchos productos que no se pueden reciclar debido a su compleja composición.
 
Hay gente que lucha para acabar con todo esto pero no es suficiente, todos tenemos que cooperar y poner de nuestra parte para que la situación cambie. Los gobiernos deben ayudar a cambiar la situación, y esos objetivos de milenio que firmaron y que tanto han dado que hablar deberían cumplirse; pero en realidad estamos muy lejos de conseguirlos.
Hay una forma de vida basada en la sustentabilidad y equidad, química verde, basura cero, producción de ciclo cerrado, energía renovable, economías locales vibrantes…; pero todo esto es un tanto utópico porque si no colaboramos todos nada va a cambiar.
Por otro lado compramos demasiado, a veces incluso cosas innecesarias. Yo no digo que no compremos, porque es evidente que en la sociedad de hoy en día es inevitable el consumo. Tenemos unas necesidades que cubrir, y para ellos, entramos en un circuito comercial que lleva siglos en funcionamiento y que consiste en la adquisición de bienes y servicios a cambio de dinero. Ni siquiera una persona que cultive y crie su propios alimentos, está exenta de la dependencia del comercio. Pero últimamente esta dependencia está llegando a un límite preocupante.
¿Y la publicidad? ¿Qué papel tiene?
La publicidad es la encargada de hacer llegar a nosotros parte de información sobre esos productos, pero los bienes que se ofrecen está un poco maquillados, es decir, se da una idea del producto que a menudo no es la real; para que de este modo el consumidor crea que necesita comprarlo. El consumidor no se para a reflexionar sobre si realmente necesita ese producto, ni sobre el impacto natural que crea el consumo, ni sobre si puede llegar a ser perjudicial para la salud por contener productos tóxicos.
Si seguimos consumiendo a este ritmo vamos a conseguir agotar los recursos naturales y entonces no habrá nada que podamos hacer para recuperarlos. Por otro lado quedan pendientes unos objetivos de milenio, que como he dicho anteriormente estamos muy lejos de alcanzar.
El consumismo no es un modo adecuado ni inteligente de lograr la felicidad como algunos piensan. Es injusto, insolidario y deshumanizador tanto respecto a esa parte de la humanidad que no tiene acceso a bienes y servicios como con respecto a las generaciones futuras, que se encontraran con una naturaleza agotada y contaminada por las ansias consumistas de sus predecesores....
Os recomiendo que veáis videos como “Gran superficie” que podéis encontrar por internet; veréis como a través de entrevistas y ejemplos se analizan temas sobre el consumo.
A continuación os dejo una canción que encontré por internet, la canción no es muy buena pero la letra sí; espero que os haga reflexionar un poco… ya que juntos podemos hacer que este mundo cambie.