Max Scheler creó numerosas teorías, pero sin duda alguna la más llamativa y esencial de este filósofo alemán se conoce como la “teoría de los valores”, con su nuevo planteamiento de la ética fundada en la doctrina de los valores.
Para Scheler, los valores son aprehendidos por una intuición emotiva, y dentro de una teoría pura de los valores se puede distinguir entre “una teoría pura de los valores mismos” (que sería una “teoría lógica del objeto”) y una de las “posturas valorativas” (una “teoría del pensamiento”).
Scheler asume algunas de las teorías de Kant. Comienza rechazando, al igual que él, toda moral de los bienes y los fines, rechazando la existencia de un bien supremo o fin último. El valor moral de la voluntad dependería de la experiencia histórica, por lo que tendríamos una moral en continua evolución; por ejemplo en la actualidad es normal que las mujeres vayan en bikini a la playa, pero esto hace algunos años sería impensable y totalmente inmoral.
La “teoría de los valores” de Scheler fundaría su nueva ética material, y respondería a las objeciones de Kant, que creyó poder prescindir de los valores manifestados en los bienes y confundió los valores con los bienes y los fines, quedando el valor totalmente confundido con la actividad subjetiva del sujeto moral en cuanto tal.
Scheler analizó la realidad original de los valores. Su teoría es una teoría general de los valores y no sólo de los valores morales. Establece los valores como independientes de las cosas y de sus estructuras reales, intentando mostrar la diferencia del valor respecto del objeto concreto. Por ejemplo: que un helado esté rico es inherente a él, pero esta cualidad no se desprende de sus propiedades o de sus diversas sensaciones de agrado, sino que depende de los matices de lo agradable sensorial de forma independiente de las cosas en que se manifiestan.
Los valores representarían un mundo especial de esencias que son llamadas cualidades valiosas o “cualidades de valor”, dominando los objetos con sus particulares relaciones y conexiones. Las cualidades valiosas serán “objetos ideales”, como por ejemplo los colores y las cualidades del sonido.
Scheler habló de la distinción entre los valores y los bienes y los fines, ya que para él, los valores constituirían una esfera especial de las esencias. Por lo tanto, para este filósofo alemán, no hay valores porque haya bienes y fines (que sería lo que opinaba Santo Tomás de Aquino), ni hay valores porque haya normas (como decía Kant), sino que los valores serían independientes de las cosas, estarían en otra esfera diferente. Lo propio de las cosas es “ser”, pero lo propio de los valores no es “ser”, sino que es “valer”: las cosas son y los valores valen.
Scheler realizó una clasificación de los valores que llamó “clases fundamentales de relaciones de esencia apriórica”. Según esta jerarquía de los valores, unos valores son “más altos” y otros “más bajos”, siguiendo una serie de criterios:
o Criterio de duración: “los valores parecen ser superiores cuanto más duraderos son”.
o Criterio de la divisibilidad: los valores son tanto más altos cuanto menos divisibles o fraccionados.
o Criterio de satisfacción: es más elevado al aportar una satisfacción más profunda.
o Criterio de fundamentación y de relatividad. Los valores que se fundamentan en otros son inferiores a éstos, porque dependen de ellos y son relativos a otro valor. Este otro valor será más alto, llegando al final a valores independientes (que no se fundamentan en ningún otro) y absolutos.
Scheler da también una ordenación jerárquica de los valores, reduciendo a cuatro las clases o “modalidades de valores”:
1) La serie de lo agradable y lo desagradable, en la que estarían los sentimientos sensoriales de placer y dolor sensible. En ellos diferencia los estados afectivos de la vida sensible de los valores de lo agradable y de lo desagradable percibidos por el espíritu en la intuición emocional.
2) La categoría de los valores vitales, de los bienes y males físicos que acompañan la vida, como la salud, vigor, enfermedad, vivencias emocionales e instintos.
3) El reino de los valores espirituales, que serían independientes del cuerpo y captados por un “percibir afectivo espiritual”. Dentro de ellos están los valores estéticos, los valores de los “justo e injusto”, los valores del puro conocimiento de la verdad realizados por la filosofía, y los “valores por referencia”. Los “valores de referencia” serían los de la ciencia y la cultura.
4) Los “valores de lo santo y lo profano”, dados sólo respecto de objetos absolutos o divinos, alcanzados por una forma de amor que se dirige a las personas. El valor de lo santo es esencialmente un “valor de personas”, con reacciones específicas como la fe, la incredulidad, la veneración, la adoración; y “valores de referencia” como el culto, los sacramentos, personas y cosas santas, etc.
Scheler clasifica también los valores en realación a los sujetos portadores de los mismos: los valores de las personas y los de las cosas, que pueden ser propios o extra-ños. Estarían, además, los valores de los actos, de conocer, de amar, de pensar, etc., de las funciones de ver, oír, sentir; valores de la disposición interior, de la intención, de la acción, y de los estados afectivos; valores de la forma de unión y relaciones entre personas (p. ej. el matrimonio) y, en general, valoresindividuales y colectivos. Scheler engloba todas las realidades del universo en su nueva categoría del valor.
Scheler destaca la estructura jerárquica del reino de los valores y sus relaciones esenciales, negando que el conocimiento de esta jerarquización se obtenga por experiencia. Pero él no incluyó en sus cuatro clases fundamentales de valores los valores éticos, ya que en torno a ellos giraría la especulación.
Pero Scheler no se limitó a dar una explicación sobre el término valor, sino que amplió el campo de visión proporcionándonos una escala de valores. Es interesante y llamativa la forma de enfocar el sistema de valores articulándolo jerárquicamente, y también llama la atención que en la cima de su escala de valores ponga los valores religioso, siendo la vida de este filósofo un continuo cambio de pensamiento hacia lo religioso.
Claramente podemos observar la relevancia actual de este tema, que en nuestro tiempo está tan de moda. Hoy muchos afirman que “se están perdiendo los valores”, lo que demuestra la preocupación de una gran parte de la sociedad porque cada persona tenga y respete una escala de valores adecuada. Continuamente se oye hablar sobre el tema de los valores, ya que en nuestros días se ha establecido una polémica que toca en cierto modo el problema de los valores, especialmente de los valores morales, debido a que no todos nos preocupamos por los mismos valores.
Posiblemente es un tema que no solamente tiene relevancia actual, sino que es un problema que se arrastra a lo largo de la historia de la humanidad: los valores, especialmente los valores morales, que parece que se pierden y se debilitan a lo largo del tiempo, a pesar del esfuerzo de algunos porque se conserven firmes e inalterables. Un ejemplo de esto podría ser la Iglesia, que trata de que la gente conserve unos valores preestablecidos años atrás.
Parece aceptable y positivo que la gente se plantee establecer una escala de valores en su vida, jerarquizando los valores y viviendo según ellos. Con esta “teoría de los valores” se demuestra que se puede establecer una escala de valores o jerarquización, de modo que nos podamos guiar a través de ella. Pero como afirmamos al principio del trabajo, según Scheler los valores cambian con la historia, lo que parece cierto, y según esta historia, este tiempo, transcurre, los valores que la mayoría de la sociedad tiene cambian, no siempre siguiendo el gusto de todos.
La “teoría de los valores” de Max Scheler podría explicarse brevemente, afirmando que para este filósofo alemán, no hay valores porque haya bienes y fines, ni porque haya normas, porque los valores son independientes de las cosas, tan independientes que ni siquiera “son”, ya que las cosas son, pero los valores valen. Los valores serían cualidades, y atenderían a una jerarquización.
¿Y tú qué piensas? ¿crees que de verdad se están perdiendo esos valores o solamente se trata del cambio del valores del que nos habla Scheler?
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