sábado, 21 de mayo de 2011

CARTA DEL JEFE INDIO DE LOS SWAMISH AL PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS

El siguiente video nos muestra unos de los documentos más importantes en las historia de la humanidad, se trata de una carta que envió en 1855 el jefe indio Seattle de la tribu Suwamish al presidente de los Estado Unidos (Franklin Pierce) en respuesta a la oferta de comprar las tierras de los suwamish en el noroeste de los Estados Unidos, lo que ahora es el Estado de Washington. Esta carta es considerada la declaración más hermosa y profunda que jamás se haya hecho sobre el medioambiente.



Antes de hacer mi reflexión os mostraré un breve resumen del contenido de esa carta:
En 1854, el presidente de los Estados Unidos ofreció comprar las tierras en las que vivía esta tribu india, prometiendo crear una reserva para que ellos pudieran seguir viviendo allí. Durante toda la carta se muestra la diferente concepción del mundo entre los pieles rojas (para los cuales la naturaleza es sagrada), y la civilización moderna (que ve las cosas en términos económicos).

El jefe indio Seattle acepta porque sabe que de no ser así tomarían las tierras por la fuerza. Seguidamente hace una reflexión sobre cómo se pueden vender o comprar las tierras; para esta tribu todas y cada una de las cosas que forman la naturaleza son sagradas. Tanto plantas, ríos, animales, tierras, humanos… etc. Todos pertenecemos a la misma familia, la naturaleza.
También nos hace saber que los hombres blancos explotan a la madre naturaleza hasta acabar con todas las existencias de recursos; simplemente buscan beneficios económicos. En cambio la tribu siente verdadero amor y respeto hacia todo lo que los rodea.
La única condición que impone el jefe Seattle es que el hombre blanco considere a los animales de esas tierras como hermanos. Según él no es la tierra la que pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la tierra.  Además habla de la igualdad que existe entre los pieles rojas y los hombres blancos ante Dios.
Las últimas palabras que expresa en la carta es “Así se acaba la vida y solo nos queda el recurso de intentar sobrevivir”. Esta dramática sentencia del gran jefe indio resultó profética.
Estas son palabras llenas de sentimientos que predicen lo que pasaría muchos años después, ahora no solo han desaparecido especies de animales y la naturaleza está mucho más contaminada; sino que además han desaparecido ellos mismo; todas estas tribus se han ido extinguiendo hasta desaparecer por completo. Pero los problemas continúan aumentando y finalmente acabaremos como bien dijo el jefe indio ahogándonos entre nuestros propios desperdicios.
Nosotros mismo estamos colapsando el planeta; la temperatura del planeta está aumentando debido al crecimiento del efecto invernadero por la quema constante de combustibles para nuestras máquinas y al constante crecimiento de las ciudades que está acabando con la naturaleza. A su vez esto ha provocado que se derritan los glaciares, liberándose así una gran cantidad de agua y haciendo crecer el cauce de los ríos, el nivel del mal y provocando grandes precipitaciones.

Por otro lado la sobrepoblación humana del planeta ha provocado una enorme escases de recursos naturales. En la actualidad, se habla mucho de la ecología y la naturaleza y se buscan técnicas nuevas para no contaminar. Y es justo ahora cuando  el mundo se está dando cuenta que lo que dijo un indio en EE.UU. hace 146 años era verdad y que si seguimos contaminando nuestro entorno vamos a terminar acabando con la madre naturaleza y por tanto con nuestras propias vidas.
Deberíamos desarrollar una conciencia que nos permitiera transformar nuestra sociedad con el objetivo de vivir en armonía con la naturaleza. Pero esto es difícil de conseguir, se trata de una idea muy utópica; nuestros recursos se irán agotando con el tiempo y para entonces nuestra naturaleza estará ya muy destrozada y será entonces cuando nos daremos cuenta de que sin nuestra naturaleza no somos nada.
Nuestra economía pone un precio a todo, pero ¿qué precio tiene el aire que respiramos? ¿Qué vale una especie que desaparece? ¿Cuánto valen los árboles de los bosques que talamos para construir casas?

Ni el aire, ni los animales, ni los bosques tienen precio; todos ellos son imprescindibles y se les debería cuidar y valorar más ya que no seriamos capaces de vivir sin  ellos. Los necesitamos, ya que por muchos avances científicos y tecnológicos que en la actualidad tenemos, no podrán nunca sustituir a lo que la madre naturaleza nos proporciona.

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