domingo, 1 de mayo de 2011

LA OLA

Antes de nada os haré un pequeño resumen de la ficha técnica de la película:

o   Título original: Die Welle.
o   Año: 2008.
o   Duración: 107 min.
o   País: Alemania.  
o   Género: Drama.
o   Director: Dennis Gansel.
o   Web oficial: http://www.unetealaola.com/

Quizás hoy en día, en todas partes del planeta, no exista nadie que no conozca el nombre de Adolf Hitler. Unos saben más sobre él, otros menos, pero todos tienen idea de su historia, de su ideología y de sus acciones.

Distintas opiniones unidas a la historia del mundo. Pero ¿cómo explicar a un grupo de adolescentes qué fue este movimiento? ¿Cómo hacerles entender lo que ocurrió? ¿Qué ideas fueron inculcadas? ¿Qué sentimiento fue el que los unió para esta atrocidad?

Sí, puede ser fácil de explicar, pero difícil de comprender y mucho menos si no nos ponemos en el lugar del otro. Por eso, tal vez, es esta idea de “ponerse en el lugar del otro” lo que llevó a un profesor de un instituto de secundaria a hacer un pequeño experimento con sus alumnos.
Para empezar la película “La Ola” se basa en hechos reales acontecidos en 1967 en un Instituto de Palo Alto (California). Al parecer, un profesor de Historia, Ron Jones, para responder a sus alumnos a la pregunta de cómo pudo ser posible la pasividad del pueblo alemán ante las atrocidades del nazismo, llevó a cabo en sus clases una ocurrente y dramática experiencia pedagógica, en la que se inspiró la novela y ahora la película.

Ahora os mostraré un resumen un tanto escueto, ya que como hemos visto todos la película es para ponernos en situación y de este modo entender mejor mi reflexión y crítica.
Al profesor Rainer Wenger (Jürgen Vogel) le ha tocado explicar la autocracia durante una semana de actividades del instituto dedicada a los sistemas de gobierno que persigue transmitir las virtudes de la democracia. Wenger hubiera preferido que le hubiera tocado explicar la anarquía.

Al principio la clase se muestra indiferente ante el régimen nazi y ven absolutamente imposible que se repita algo parecido. Es entonces cuando Wenger decide exponer la materia de autocracia mediante un experimento en el cual hace que sus alumnos se sientan iguales y se unan mediante un movimiento al que llaman la OLA, en este experimento el maestro ejerce la máxima autoridad en la clase, es un poco extremo, impone muchas reglas, al grupo se le hace vestir de una sola forma, tienen un saludo en común y a las persona que no están de acuerdo con las normas fijadas se las empieza a excluir del grupo y hasta a despreciar.

El experimento da resultado ya que alumnos que no tenían nada en común y que hasta se llevaban mal antes, ahora se llevan muy bien y se defienden unos a otros, existe una unidad muy grande entre ellos, les gusta tanto a los chicos esta unidad que sienten que quieren expandirse cada vez más. Así que diseñan logos, hacen páginas web, pintan grafitis por las calles, crean chapas con el logo… etc. La cuestión es que el número de alumnos que se sienten identificados con el movimiento de la Ola va creciendo.
El equipo de waterpolo que tenia la universidad nunca tenia apoyo de parte de los demás alumnos, pero una vez formada ‘La Ola’ lo empieza a tener y en una gran manera todos esos factores, sentir el apoyo de los compañeros, la emoción de pertenecer a un grupo y en el caso de los que siempre estaban en profunda soledad ahora contar con una familia, hacen a este experimento un fenómeno con un éxito excesivo.
Sin embargo, el experimento empieza a ser incontrolable; debido a que los alumnos empiezan a cambiar y en especial uno de ellos empieza a transformar excesivamente su comportamiento.
El profesor empieza a ser consciente de que el experimento se le está escapando de las manos y decide acabar con la Ola; pero ya es tarde… todo ha ido demasiado lejos. Wanger reúne a todos los simpatizantes de la Ola y les hace ver que el movimiento ha llegado a su fin, pero uno de los alumnos no está de acuerdo con el profesor y con una pistola dispara a un chico del movimiento y se mata a sí mismo de un disparo en la cabeza.

Queda demostrado que sí se puede conseguir crear un movimiento que una masas con fines en común, y que por tanto siempre puede ocurrir un Tercer Reich. Está muy relacionado con el tema de la película un libro que leí hace unos meses que se llama La fraternidad de Eihwaz. Habla de la instauración de un Tercer Reich, que finalmente es evitado por unos adolescentes.

Ahora bien imaginemos varias situaciones:
1.- ¿Lo que estos grupos tienen de “fascista” (confianza en un líder carismático, control de las opiniones, competencia con otros grupos y utilización de la fuerza con los opositores) los descalifican del todo? ¿No estaría todo eso justificado si el fin lo mereciera? Por ejemplo, que para resolver las injusticias sociales del mundo, tuviésemos que  hacer una gran revolución y hubiera que confiar en un líder indiscutible, censurar las opiniones de nuestros opositores y formar un fuerte órgano irrompible que cada vez tuviera más seguidores; ¿lo haríamos?
Todos queremos acabar con las injusticias en el mundo y esta sería una buena forma; o para conseguir los objetivos de milenio; quizás de esta forma si que se conseguirían. Todo es cuestión de pensárselo un poco, pero estoy segura de que la mayoría nos uniríamos al grupo.
2.-  ¿Pueden existir grupos así sin un “enemigo” frente al cual sentirse unidos? En la película se enfrentan a los anarquistas, la clase de abajo y el otro instituto del pueblo en el waterpolo. Ahora bien, podría haber un grupo como este pero sin oposición, es decir, que no estuviese en contra de nada.

Bajo mi punto de vista no, las personas nos unimos para conseguir algo; pero sin vínculo de unión, sin meta en común, creo que no sería factible formar un grupo. Creo que no sería estable y además no tendría unas bases sobre las que consolidarse.
3.- ¿Qué es mejor, vivir en grupos fuertes como los que aparecen en la película, o cada uno “a su bola”? ¿Es siempre peor un régimen político autocrático que una democracia, como la nuestra, en que la mayoría pasa de la política y va “a su rollo”? ¿Qué es mejor la autocracia o la anarquía?
Estas preguntas me parecen de las más interesantes respecto a la película. Lo ideal sería un punto medio, porque no hay que llegar al extremo al que se llega en la película ni tener la impasibilidad que gran parte de la población tiene actualmente en lo referente a la política. Creo que este sería un buen debate para realizar en clase porque tengo que admitir que realmente no sé cual sería mejor.
4.- La gente a menudo rechaza los uniformes; pero luego a la hora de vestirse, peinarse… etc. Existe una gran uniformidad que está marcada por la moda. Mirad a vuestro alrededor; llega el verano y los diseñadores deciden que este año se lleven las faldas floreadas pues todas las chicas con faldas floreadas; o el nuevo corte de pelo para los chicos es el flequillo para arriba pues todos con el mismo peinado. Así que en realidad todos perdemos a menudo nuestra propia autonomía y seguimos las acciones de los demás sin cuestionarlas en gran parte.
5.- ¿Por qué rechazamos grupos como los de la Ola, en los que se propone unir los esfuerzos para conseguir una meta común de forma disciplinada y cooperativa, y en los que los miembros son tratados con igualdad (sin discriminación por sexo, raza, nivel social, etc.) y hay solidaridad?
En realidad desde pequeños siempre se nos habla de ser disciplinados, de cooperar con los demás, se nos dice que todos somos iguales y nos inculcan que tenemos que ser solidarios; los chicos de la Ola lo consiguen. Además dan ejemplo de cómo mediante la unión se pueden conseguir las metas.
Y de no llegar a ser porque parte de los alumnos empiezan a pasarse de la raya y a cambiar sus formas de comportarse, estoy segura de que el grupo habría podido continuar unido y conseguir grandes fines. Pero el problema no es solo el cambio en el comportamiento de los alumnos, es la concepción de que un grupo que se une y cobra excesiva fuerza si no tiene unas bases fijas en las que sentarse, puede llegar a realizar acciones violentas como es este caso; y querer llegar más allá de donde en realidad les corresponde y esto da lugar como ya ha ocurrido en la historia a dictaduras y regímenes fascistas.
Pero, ¿es inevitable que surja esa violencia? O podría existir un grupo así, que defendiera sus ideales, pero sin hacer uso de la violencia.
6.-  ¿Puede hacer algo importante un individuo solo? ¿Quién hace que la historia vaya cambiando: los individuos aislados o los grupos (naciones, estados, etc.) gracias a la fuerza que da la unión disciplinada y cooperativa de sus miembros?
Tanto personas aisladas, como grandes grupos, han ido marcando el ritmo de la historia; pero las grandes batallas no las han ganado individuos aislados, ni los acuerdos y los tratados han sido firmados por una sola persona y tampoco ha sido una sola quien decidió el estallido de las numerosas guerras; sino que han sido grupos de personas quienes unidas se han propuesto unas metas y cooperando las han ido consiguiendo. De acuerdo que personas individualmente han conseguido hacerse notar en nuestra historia, pero nada sería lo que es ahora sin la unión de los partidarios de cada movimiento con el fin de lograr unos determinados objetivos.
Por otro lado, me gustaría destacar la importancia que supone la película para hacer ver a la sociedad actual, que lo que sucedió en la Segunda Guerra Mundial no nos pilla tan lejos y que no es tan difícil que surja un Tercer Reich. Si un profesor que simplemente quería hacer un experimento, en una semana consiguió todo esto, una persona que quiera lograr verdaderamente crear un movimiento así y que se lo tome completamente en serio… no nos podemos ni imaginar todo lo que conseguiría.

sábado, 30 de abril de 2011

LA HISTORIA DE LAS COSAS


Al final de la pasada evaluación vimos en clase un video sobre el consumismo, donde se explican tanto las fases de extracción de recursos y producción de bienes que nosotros no vemos, como la fase de venta de esos productos en el mercado; la cual es la que mejor conocemos todos;  y por último la fase de destrucción de nuestros desechos.
En el principio del proceso se encuentra la extracción de recursos; la cual en un primer momento se hacía en los países desarrollados; pero al ver que se agotaban los recursos, las grandes empresas empezaron a explotar al tercer mundo. Destruyendo así cada vez más el planeta y agotando los recursos naturales hasta sus límites. Y ¿qué pasa con las personas del tercer mundo? Unas trabajan para esas grandes empresas a cambio de salarios mínimos que apenas les dan para subsistir, otras simplemente permanecen al margen de la situación sin poder hacer nada, viendo como se destruye el planeta.
Segundo punto de la cadena; la producción de bienes. Se usa energía para mezclar los recursos naturales con químicos tóxicos; de esta manera se fabrican productos contaminados. Al consumir y usar productos contaminados las personas nos vamos contaminando, hasta tal punto que la leche materna humana es uno de lo productos alimentarios más tóxicos. ¿Pero por qué hemos llegado a este punto? ¿Cómo permitimos esta situación? No nos paramos a pensar en el riesgo que corre un recién nacido al tomar productos tóxicos; cuando en realidad desde siempre se ha considerado a la leche materna el mejor alimento para los recién nacidos.
Y ¿qué pasa con los trabajadores de las fábricas? Ellos son los que más se contaminan y más riesgo tienen de padecer enfermedades. La mayoría de ellos no tiene otra opción, actualmente el trabajo es escaso y quienes tienen una familia a la que alimentar trabajan donde sea por sacar adelante a sus seres queridos; aunque con ello corra peligro su salud.
Además no solo contaminan los productos que se fabrican, sino que el humo que sale de las fábricas y los vertidos también son perjudiciales tanto para la salud como para el medioambiente.
Cuando los recursos ya son productos se llevan al mercado para ser vendidos a precios lo más bajos posibles, para que de este modo su consumo aumente y por tanto se venda mucho.
La forma de mantener bajos los precios es pagar muy poco a los empleados, tenerlos sin seguro,… etc. Se externalizan los costes, es decir, no se paga realmente lo que compramos. Lo pagan las personas que se quedan sin recursos naturales en el tercer mundo, las personas que se contaminan mientras trabajan en las fábricas, los niños que dejan las escuelas para trabajar a cambio de unas pocas monedas…etc.
Supuestamente los gobiernos deberían evitar que se produjeran estás situaciones, pero no es así. A menudo los gobiernos están más preocupados de que las empresas evolucionen cueste lo que cueste, que de que no se explote el tercer mundo, a los trabajadores, que los niños no tengan la educación que deberían… etc. Nadie hace nada para que la situación cambie, y los pocos que los intentan no tienen la fuerza ni los medios suficientes.
Quiero hacer hincapié en esto porque me parece muy importante, los 191 países miembros de las Naciones Unidas acordaron conseguir unos objetivos de milenio para el 2015; ocho objetivos entre los que están: erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, mejorar le salud materna, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo; entre otros. Y como vemos, estamos ya en 2011 y para nada se ha empezado a luchar por conseguir estos propósitos.
Si os interesa el tema de los objetivos de milenio y de la cumbre del G-20; os aconsejo que veáis la película “La chica del café” es muy interesante y os aseguro que os hará reflexionar. Aqui os dejo la portada de la película.
Volviendo al tema de la cadena del consumo; cada vez las personas consumimos más, hemos llegado a consumir el doble que hace 50 años.
Al final de la Segunda Guerra Mundial un economista dijo: “Nuestra economía tan productiva requiere que hagamos del consumo nuestra forma de vida, que convirtamos en rituales la compra y el uso de bienes, que busquemos la satisfacción espiritual y de nuestro ego en el consumo, necesitamos que las cosas se consuman, quemen, remplacen, desechen, a un ritmo cada vez mayor”. Y como era de esperar los gobiernos lo apoyaron.
Por otra parte, todos nuestros productos tiene obsolescencia programa, que significa que están diseñados para ser desechados; se diseñan cosas para que sean sustituidas por otras los más pronto posible. También está la obsolescencia percibida, sirve para convencernos de tirar cosas que aún son completamente útiles; simplemente cambian la apariencia de las cosas. Un ejemplo de ello es la moda; cada año sacan nuevas tendencias y la ropa que compras un año, al año siguiente ya está pasada.

Los estudios demuestran que la felicidad ha ido disminuyendo a partir de los años 50, en el mismo momento en que estallo todo este boom del consumismo. Ahora tenemos más cosas pero cada vez menos tiempo para lo que realmente nos hace felices; trabajamos más que nunca y apenas tenemos tiempo para la familia y los amigos; y el poco tiempo libre que tenemos lo solemos invertir en la televisión y las compras.
Finalmente llegamos al último punto de la cadena; la destrucción de nuestros desechos.  En muchos países cada persona genera una media de dos kilos y medio de basura por día, el doble que hace treinta años. Esa basura o se echa directamente a un agujero en la tierra o se quema y después se echa al agujero. Al quemarse todos los tóxicos que se usaron en su fabricación van a parar al aire; contaminando así aún más. Reciclar es una buena opción, pero no es suficiente. Además hay muchos productos que no se pueden reciclar debido a su compleja composición.
 
Hay gente que lucha para acabar con todo esto pero no es suficiente, todos tenemos que cooperar y poner de nuestra parte para que la situación cambie. Los gobiernos deben ayudar a cambiar la situación, y esos objetivos de milenio que firmaron y que tanto han dado que hablar deberían cumplirse; pero en realidad estamos muy lejos de conseguirlos.
Hay una forma de vida basada en la sustentabilidad y equidad, química verde, basura cero, producción de ciclo cerrado, energía renovable, economías locales vibrantes…; pero todo esto es un tanto utópico porque si no colaboramos todos nada va a cambiar.
Por otro lado compramos demasiado, a veces incluso cosas innecesarias. Yo no digo que no compremos, porque es evidente que en la sociedad de hoy en día es inevitable el consumo. Tenemos unas necesidades que cubrir, y para ellos, entramos en un circuito comercial que lleva siglos en funcionamiento y que consiste en la adquisición de bienes y servicios a cambio de dinero. Ni siquiera una persona que cultive y crie su propios alimentos, está exenta de la dependencia del comercio. Pero últimamente esta dependencia está llegando a un límite preocupante.
¿Y la publicidad? ¿Qué papel tiene?
La publicidad es la encargada de hacer llegar a nosotros parte de información sobre esos productos, pero los bienes que se ofrecen está un poco maquillados, es decir, se da una idea del producto que a menudo no es la real; para que de este modo el consumidor crea que necesita comprarlo. El consumidor no se para a reflexionar sobre si realmente necesita ese producto, ni sobre el impacto natural que crea el consumo, ni sobre si puede llegar a ser perjudicial para la salud por contener productos tóxicos.
Si seguimos consumiendo a este ritmo vamos a conseguir agotar los recursos naturales y entonces no habrá nada que podamos hacer para recuperarlos. Por otro lado quedan pendientes unos objetivos de milenio, que como he dicho anteriormente estamos muy lejos de alcanzar.
El consumismo no es un modo adecuado ni inteligente de lograr la felicidad como algunos piensan. Es injusto, insolidario y deshumanizador tanto respecto a esa parte de la humanidad que no tiene acceso a bienes y servicios como con respecto a las generaciones futuras, que se encontraran con una naturaleza agotada y contaminada por las ansias consumistas de sus predecesores....
Os recomiendo que veáis videos como “Gran superficie” que podéis encontrar por internet; veréis como a través de entrevistas y ejemplos se analizan temas sobre el consumo.
A continuación os dejo una canción que encontré por internet, la canción no es muy buena pero la letra sí; espero que os haga reflexionar un poco… ya que juntos podemos hacer que este mundo cambie.

domingo, 6 de marzo de 2011

DIÓGENES, AUTOSUFICIENCIA

Diógenes de Sínope "el Cínico" es la figura más representativa del Cinismo. Era una persona muy áspera que vivía en un tonel como un perro, dormía en la calle y comía lo que le diera la gente. Su aspecto era descuidado y su estilo burlón. Pero a pesar de eso, llegó a ser muy famoso y apreciado por las máximas figuras de su tiempo. Platón llegó a decir de él que era un “Sócrates que se había vuelto loco”.
Nació en Sínope, en la actual Turquía, en el año 413 a.C. Por cuestiones económicas fue desterrado de su ciudad natal, hecho que tomó con cierta ironía: «Ellos me condenan a irme y yo los condeno a quedarse.» Fue a la ciudad de Atenas donde se hizo discípulo de Antístenes. 
A partir de entonces adoptó la indumentaria, las ideas y el estilo de vida de los cínicos. Vivió en la más absoluta austeridad y criticó sin piedad las instituciones sociales. Mostraba su desprecio por las normas sociales comiendo carne cruda, haciendo sus necesidades fisiológicas, manteniendo relaciones sexuales en la vía pública, y escribiendo a favor del incesto y el canibalismo. Se burlaba de los hombres cultos y de los sofistas y los teóricos. También menospreciaba las Ciencias (la Geometría, la Astronomía y la Música) que no conducían a la verdadera felicidad, a la autosuficiencia.
Lo que más llama la atención de su filosofía de vida, además de su comportamiento, son las contestaciones que daba a la gente; aquí tenemos algunos ejemplos:
  • Lentejas: Diógenes se dedico a una vida sencilla, y comía lo que le regalaba la gente. Un día estaba Diógenes comiendo un plato de lentejas. En ese momento llegó Aristipo, otro filosofo quien trabajaba para el rey y le dijo: "Mira, si tu trabajaras para el rey, no tendrías que comer lentejas". Diógenes le contesto, "Mira, si tu comieras lentejas, no tendrías que trabajar para el rey".
  • Hombre honesto: Dicen que Diógenes caminaba por las calles de Atenas con una antorcha encendida a plena luz del día. Cuando alguien le preguntaba por qué tenía la antorcha prendida, él contestaba: "Estoy buscando a un hombre honesto".
  • Se ríen de ti: Un joven le dijo "todos se ríen de ti", a esto Diógenes contestó: "Probablemente los asnos se ríen de ti, pero a ti no te importa. Igual a mi no me importa los que se ríen de mi".
  • Gobernar hombres: Dicen que Diógenes fue secuestrado con intención de venderlo como esclavo. Sus secuestradores le preguntaron: "¿Qué sabes hacer?". Diógenes respondió: "Sé gobernar a los hombres, por lo tanto véndeme a quien necesite un amo".
  • No me hagas sombra: Alejandro Magno (el grande) de Macedonia conquisto a Grecia y al medio oriente. Alejandro había escuchado la fama de Diógenes y decidió verlo. Lo encontró tomado sol. Al verlo le dijo:
    • Pídeme cualquier deseo.
    • ¿Cualquier cosa? respondió Diógenes
    • Si
    • Pues entonces, muévete que me estas tapando el sol.
    • Yo soy Alejandro el grande.
    • Yo soy Diógenes el cínico
    • ¿No me tienes miedo?
    • ¿Por que? ¿Eres una cosa buena o mala?
    • Cosa buena
    • ¿Pero quién le tiene miedo a una cosa buena?
    • Si no fuera Alejandro, hubiera querido ser Diógenes. 
Como vivía en la vía pública, algunos jóvenes solían acercársele para molestarlo. En más de una oportunidad tuvieron que alejarse corriendo porque Diógenes los atacaba a mordiscones, como un perro.

Al igual que su maestro Antístenes, Diógenes reconocía que era necesario entrenarse para adquirir la virtud, la impasibilidad y la autarquía. Y, como su maestro, tomaba como modelo a Hércules, quien vivió según sus propios valores. Se consideraba ciudadano del mundo y sostenía que un cínico se encuentra en cualquier parte como en casa.
Diógenes escribió varias obras, probablemente en forma de aforismos, que se han perdido.
Murió en Corinto en el año 327 a.C. Algunos afirman que se suicidó conteniendo el aliento; otros que falleció por las mordeduras de un perro; y otros que murió como consecuencia de una intoxicación por comer carne de pulpo cruda.
Cabe decir que dentro de la autosuficiencia, además de los Cínicos, están los Estoicos. Los Estoicos tienen como fin asegurar la paz interior sin hacer caso a las opiniones que puedan tener sobre ti e intentar evitar el sufrimiento; viven el presente sin pensar en el futuro.
Pero yo me pregunto si basándonos en los principios de Cínicos y Estoicos se podría conseguir vivir en sociedad; es decir; si cada persona piensa en si misma sin atenerse a ninguna norma y a todos nos es indiferente lo que nos digan los demás ¿dónde se quedan la vida en comunidad, los derechos, los deberes, la cooperación,… etc.?
Bajo mi punto de vista la teoría ética de la autosuficiencia es inapropiada para una vida en sociedad; si se pusiese en práctica se perderían los valores actuales, todos pasaríamos a ser egoístas, a no preocuparnos más que de nosotros mismos. Pero si que es cierto que a veces deberíamos ser un poco más cínico en algunos aspectos; porque hay veces que nos centramos tanto en otras cosas o personas que no nos paramos a pensar en nosotros mismos. Así que lo mejor sería encontrar un punto medio entre el exceso y el defecto.

 

 

sábado, 5 de marzo de 2011

SCHELER, FILOSOFÍA DE LOS VALORES

Max Scheler creó numerosas teorías, pero sin duda alguna la más llamativa y esencial de este filósofo alemán se conoce como la “teoría de los valores”, con su nuevo planteamiento de la ética fundada en la doctrina de los valores.

Para Scheler, los valores son aprehendidos por una intuición emotiva, y dentro de una teoría pura de los valores se puede distinguir entre “una teoría pura de los valores mismos” (que sería una “teoría lógica del objeto”) y una de las “posturas valorativas” (una “teoría del pensamiento”).

Scheler asume algunas de las teorías de Kant. Comienza rechazando, al igual que él, toda moral de los bienes y los fines, rechazando la existencia de un bien supremo o fin último. El valor moral de la voluntad dependería de la experiencia histórica, por lo que tendríamos una moral en continua evolución; por ejemplo en la actualidad es normal que las mujeres vayan en bikini a la playa, pero esto hace algunos años sería impensable y totalmente inmoral.

La “teoría de los valores” de Scheler fundaría su nueva ética material, y respondería a las objeciones de Kant, que creyó poder prescindir de los valores manifestados en los bienes y confundió los valores con los bienes y los fines, quedando el valor totalmente confundido con la actividad subjetiva del sujeto moral en cuanto tal.

Scheler analizó la realidad original de los valores. Su teoría es una teoría general de los valores y no sólo de los valores morales. Establece los valores como independientes de las cosas y de sus estructuras reales, intentando mostrar la diferencia del valor respecto del objeto concreto. Por ejemplo: que un helado esté rico es inherente a él, pero esta cualidad no se desprende de sus propiedades o de sus diversas sensaciones de agrado, sino que depende de los matices de lo agradable sensorial de forma independiente de las cosas en que se manifiestan.

Los valores representarían un mundo especial de esencias que son llamadas cualidades valiosas o “cualidades de valor”, dominando los objetos con sus particulares relaciones y conexiones. Las cualidades valiosas serán “objetos ideales”, como por ejemplo los colores y las cualidades del sonido.

Scheler habló de la distinción entre los valores y los bienes y los fines, ya que para él, los valores constituirían una esfera especial de las esencias. Por lo tanto, para este filósofo alemán, no hay valores porque haya bienes y fines (que sería lo que opinaba Santo Tomás de Aquino), ni hay valores porque haya normas (como decía Kant), sino que los valores serían independientes de las cosas, estarían en otra esfera diferente. Lo propio de las cosas es “ser”, pero lo propio de los valores no es “ser”, sino que es “valer”: las cosas son y los valores valen.

Scheler realizó una clasificación de los valores que llamó “clases fundamentales de relaciones de esencia apriórica”. Según esta jerarquía de los valores, unos valores son “más altos” y otros “más bajos”, siguiendo una serie de criterios:

o   Criterio de duración: “los valores parecen ser superiores cuanto más duraderos son”.

o   Criterio de la divisibilidad: los valores son tanto más altos cuanto menos divisibles o fraccionados.

o   Criterio de satisfacción: es más elevado al aportar una satisfacción más profunda.

o   Criterio de fundamentación y de relatividad. Los valores que se fundamentan en otros son inferiores a éstos, porque dependen de ellos y son relativos a otro valor. Este otro valor será más alto, llegando al final a valores independientes (que no se fundamentan en ningún otro) y absolutos.

Scheler da también una ordenación jerárquica de los valores, reduciendo a cuatro las clases o “modalidades de valores”:

1) La serie de lo agradable y lo desagradable, en la que estarían los sentimientos sensoriales de placer y dolor sensible. En ellos diferencia los estados afectivos de la vida sensible de los valores de lo agradable y de lo desagradable percibidos por el espíritu en la intuición emocional.

2) La categoría de los valores vitales, de los bienes y males físicos que acompañan la vida, como la salud, vigor, enfermedad, vivencias emocionales e instintos.

3) El reino de los valores espirituales, que serían independientes del cuerpo y captados por un “percibir afectivo espiritual”. Dentro de ellos están los valores estéticos, los valores de los “justo e injusto”, los valores del puro conocimiento de la verdad realizados por la filosofía, y los “valores por referencia”. Los “valores de referencia” serían los de la ciencia y la cultura.

4) Los “valores de lo santo y lo profano”, dados sólo respecto de objetos absolutos o divinos, alcanzados por una forma de amor que se dirige a las personas. El valor de lo santo es esencialmente un “valor de personas”, con reacciones específicas como la fe, la incredulidad, la veneración, la adoración; y “valores de referencia” como el culto, los sacramentos, personas y cosas santas, etc.

Scheler clasifica también los valores en realación a los sujetos portadores de los mismos: los valores de las personas y los de las cosas, que pueden ser propios o extra-ños. Estarían, además, los valores de los actos, de conocer, de amar, de pensar, etc., de las funciones de ver, oír, sentir; valores de la disposición interior, de la intención, de la acción, y de los estados afectivos; valores de la forma de unión y relaciones entre personas (p. ej. el matrimonio) y, en general, valoresindividuales y colectivos. Scheler engloba todas las realidades del universo en su nueva categoría del valor.

Scheler destaca la estructura jerárquica del reino de los valores y sus relaciones esenciales, negando que el conocimiento de esta jerarquización se obtenga por experiencia. Pero él no incluyó en sus cuatro clases fundamentales de valores los valores éticos, ya que en torno a ellos giraría la especulación.

Pero Scheler no se limitó a dar una explicación sobre el término valor, sino que amplió el campo de visión proporcionándonos una escala de valores. Es interesante y llamativa la forma de enfocar el sistema de valores articulándolo jerárquicamente, y también llama la atención que en la cima de su escala de valores ponga los valores religioso, siendo la vida de este filósofo un continuo cambio de pensamiento hacia lo religioso.

Claramente podemos observar la relevancia actual de este tema, que en nuestro tiempo está tan de moda. Hoy muchos afirman que “se están perdiendo los valores”, lo que demuestra la preocupación de una gran parte de la sociedad porque cada persona tenga y respete una escala de valores adecuada. Continuamente se oye hablar sobre el tema de los valores, ya que en nuestros días se ha establecido una polémica que toca en cierto modo el problema de los valores, especialmente de los valores morales, debido a que no todos nos preocupamos por los mismos valores.

Posiblemente es un tema que no solamente tiene relevancia actual, sino que es un problema que se arrastra a lo largo de la historia de la humanidad: los valores, especialmente los valores morales, que parece que se pierden y se debilitan a lo largo del tiempo, a pesar del esfuerzo de algunos porque se conserven firmes e inalterables. Un ejemplo de esto podría ser la Iglesia, que trata de que la gente conserve unos valores preestablecidos años atrás.

Parece aceptable y positivo que la gente se plantee establecer una escala de valores en su vida, jerarquizando los valores y viviendo según ellos. Con esta “teoría de los valores” se demuestra que se puede establecer una escala de valores o jerarquización, de modo que nos podamos guiar a través de ella. Pero como afirmamos al principio del trabajo, según Scheler los valores cambian con la historia, lo que parece cierto, y según esta historia, este tiempo, transcurre, los valores que la mayoría de la sociedad tiene cambian, no siempre siguiendo el gusto de todos.

La “teoría de los valores” de Max Scheler podría explicarse brevemente, afirmando que para este filósofo alemán, no hay valores porque haya bienes y fines, ni porque haya normas, porque los valores son independientes de las cosas, tan independientes que ni siquiera “son”, ya que las cosas son, pero los valores valen. Los valores serían cualidades, y atenderían a una jerarquización.

¿Y tú qué piensas? ¿crees que de verdad se están perdiendo esos valores o solamente se trata del cambio del valores del que nos habla Scheler?



BENTHAM Y MILL, UTILITARISMO

El utilitarismo se basa en  la búsqueda de la felicidad; es decir del máximo placer y el mínimo dolor; para el mayor número de personas. Para ello es necesario pensar con todo detalle qué acciones debemos realizar y el modo de llevarlas a cabo para obtener nuestro objetivo.
El utilitarismo comenzó con las filosofías de Jeremy Bentham (1748-1832) y John Stuart Mill (1806-1873). Bentham concibió la idea cuando se encontró con las palabras "la mayor felicidad para el mayor número" en Treatise of Government, de Joseph Priestly.
Jeremy Bentham desarrolló su sistema ético alrededor de la idea del placer. Se apoyó en el antiguo hedonismo que buscaba el placer físico y evitaba el dolor físico. Según Bentham, las acciones más morales son aquellas que maximizan el placer y minimizan el dolor. Esto ha sido denominado a veces "cálculo utilitario". Una acción sería moral si produce la mayor cantidad de placer y la menor cantidad de dolor.
John Stuart Mill modificó esta filosofía y la desarrolló aparte del fundamento hedonista de Bentham. Mill usó el mismo cálculo utilitario, pero en cambio se centró en maximizar la felicidad general calculando el mayor bien para el mayor número. Mientras Bentham usó el cálculo en un sentido cuantitativo, Mill lo usó en un sentido cualitativo. Él creía, por ejemplo, que algunos placeres eran de una calidad superior a otros.
El utilitarismo ha sido aceptado por tantas personas simplemente porque parece tener mucho sentido y parece relativamente sencillo de aplicar. Sin embargo, cuando fue propuesto por primera vez, causó una gran polémica ya que intentaba propagar una forma de vida moral que no se basase en las indicaciones de la Biblia. Defendía la idea de que no había ninguna necesidad de buscar lo divino, que usar la razón era suficiente.
Centrándonos ahora en los fundadores del utilitarismo debo decir que:
Jeremy Bentham desarrolló esta idea de la utilidad y un cálculo utilitario en Introduction to the Principles of Morals and Legislation (1781).
Al principio de esa obra, Bentham escribió: "La naturaleza ha colocado a la humanidad bajo el gobierno de dos amos soberanos, el dolor y el placer. Les corresponde sólo a ellos señalar lo que debemos hacer, así como determinar lo que haremos. Por un lado, la norma del bien y del mal, por el otro la cadena de causas y efectos, están sujetos al trono de ellos. Nos gobiernan en todo lo que hacemos, en todo lo que decimos, en todo lo que pensamos.
Bentham creía que el dolor y el placer no sólo explican nuestras acciones sino también ayudan a definir lo que es bueno y moral. Él creía que este fundamento podría brindar una base para la reforma social, legal y moral en la sociedad.
Es clave para su sistema ético el principio de utilidad; es decir ¿cuál es el mayor bien para el mayor número?
Bentham escribió: "El principio de utilidad significa aquel principio que aprueba o desaprueba cada una de las acciones según la tendencia que aparenta tener para aumentar o reducir la felicidad de la parte cuyo interés está en cuestión; o, lo que es lo mismo en otras palabras, para promover u oponerse a esa felicidad".
John Stuart Mill leyó las publicaciones de Bentham. Mill dijo que le embargó la sensación de que "todos los moralistas anteriores habían quedado superados". Él creía que el principio de utilidad "daba unidad a mi concepción de las cosas. Ahora tenía opiniones: un credo, una doctrina, una filosofía; en uno de los mejores sentidos de la palabra, una religión; la inculcación y difusión de lo que podría convertirse en el principal propósito externo de una vida".
Mill modificó el utilitarismo de Bentham. En tanto que Bentham estableció un utilitarismo del acto, Mill estableció un utilitarismo de la regla. Según Mill, uno calcula lo que está bien comparando las consecuencias para todos los agentes pertinentes de reglas alternativas para una circunstancia particular. Esto se hace mediante la comparación de todas las circunstancias o entornos pertinentes similares en cualquier momento.

Pero ¿por qué llegó a ser tan popular el utilitarismo? Hay varias razones:

·         Primero, es un sistema ético relativamente fácil de aplicar. Para determinar si una acción es moral uno debe simplemente calcular las consecuencias buenas y malas que resultarán de una acción específica. Si lo bueno supera a lo malo, entonces la acción es moral.

·         Segundo, el utilitarismo evita la necesidad de apelar a la revelación divina. Muchos de los que adhieren a este sistema ético están buscando una forma de vivir una vida moral aparte de la Biblia y una creencia en Dios. El sistema reemplaza la revelación por la razón. La lógica, antes que una adherencia a principios bíblicos, guía la toma de decisiones de un utilitarista.

·         Tercero, la mayoría de las persona ya usa una forma de utilitarismo en sus decisiones diarias. Tomamos muchas decisiones no morales cada día basadas en las consecuencias. En la fila para pagar en la caja buscamos la cola más corta para poder salir por la puerta más rápidamente. Tomamos la mayoría de nuestras decisiones financieras (librar cheques, comprar mercadería, etc.) según un cálculo utilitario de costos y beneficios. Así que tomar decisiones morales usando el utilitarismo parece una extensión natural de nuestros procedimientos de toma de decisión diarios.
Hay, también, una serie de problemas con el utilitarismo:
·         Un problema que tiene es que conduce a una mentalidad de que "el fin justifica los medios". Si cualquier fin valedero puede justificar los medios para alcanzarlo, no se tiene un verdadero fundamento ético. Pero todos sabemos que el fin no justifica los medios. Si fuera así, entonces Hitler podría justificar el Holocausto porque el fin era purificar la raza humana. Stalin podría justificar la matanza de millones de personas porque estaba intentando lograr una utopía comunista. El fin nunca justifica los medios. Los medios deben justificarse a sí mismos. Una acción específica no puede ser juzgada como buena simplemente porque puede conducir a una buena consecuencia. Los medios deben ser juzgados por alguna norma objetiva y consistente de moral.

·         Segundo, el utilitarismo no puede proteger los derechos de las minorías, si la meta es el mayor bien para el mayor número. Los estadounidenses del siglo XVIII podrían justificar la esclavitud en base a que brindaba una buena consecuencia para la mayoría de estadounidenses. Sin duda la mayoría se beneficiaba de la mano de obra barata, aun cuando la vida de los esclavos negros fuera mucho peor.

·         Un tercer problema con el utilitarismo es la predicción de las consecuencias. Si la moral está basada en los resultados, entonces tendríamos que ser omniscientes para predecir precisamente las consecuencias de cualquier acción. Pero, cuando mucho, sólo podemos adivinar el futuro, y a menudo estas estimaciones razonadas son erróneas.

·         Un cuarto problema con el utilitarismo es que las consecuencias mismas deben ser juzgadas. Cuando ocurren resultados, todavía debemos preguntar si son resultados buenos o malos. El utilitarismo no brinda ningún fundamento objetivo y consistente para juzgar los resultados, porque los resultados son el mecanismo usado para juzgar la acción misma.
Bueno en cuanto a mi reflexión sobre el utilitarismo, yo me pregunto si a todo el mundo le parece que es incuestionable y suficiente; es decir; además de los problemas que como bien he dicho antes tiene; ¿no os parece que, a menudo, en la vida cotidiana nos encontramos con situaciones en las que si aplicamos los conceptos del utilitarismo no actuaríamos de forma moral?
A mí me parece que el utilitarismo es quizás un poco incoherente. Por supuesto demostrar que el utilitarismo es incoherente, no es una labor fácil, sobre todo teniendo en cuenta que es una teoría ética tan favorecida por filósofos y científicos.

Os voy a poner un ejemplo; hay un incendio en dos casas y solo hay un coche de bomberos y tú eres el jefe de bomberos, por tanto eres tú quien debe decidir a qué casa se debe ir. En una casa hay una persona y en la otra hay diez; basándote en el utilitarismo vas a la casa en la que están las diez personas (el mayor bien para el mayor número de personas ¿lo recordáis?).

Bien, pues ahora imagínate que en la casa en la que solo hay una persona, esa persona es tu hijo; un utilitarista primitivo diría que de todos modos debes salvar a las 10 personas, y claramente sería moralmente monstruoso. Un utilitarista sofisticado empezará a argumentar que debes salvar a tu hijo porque si salvas a las 10 personas minas la institución de la familia sobre la que está basada la sociedad y eso causa más daño.

Pero en el momento en que la suma del bien y el mal ya depende de instituciones sociales que no dependen de la suma del bien y el mal, se vuelve incoherente porque basa la moral en otra cosa, aunque la disfrace de utilitarismo.

miércoles, 2 de marzo de 2011

KANT, FORMALISMO ÉTICO

Kant fue el iniciador del formalismo ético. Criticó las teorías materiales por ser:

è Empíricas: los preceptos de las normas morales se basan en las experiencias.
è Heterónomas: la voluntad es determinada a obrar por un bien que ella no se ha dado en sí misma. El ser humano recibe los preceptos, las leyes, desde fuera de su propia razón.
è Hipotéticas: los preceptos de las éticas materiales no se expresan en términos absolutos, sino sólo condicionales, como medio para obtener un fin.

Kant ve a ser humano un ser sensible y racional. Sensible porque tiene instintos, pasiones, tendencias e inclinaciones; pero estas determinaciones sensibles son empíricas, singulares y peculiares de cada individuo y no definen al ser humano en lo que es como ser moral.
El ser humano es libertad, se propone fines universales y puede regir su vida según leyes (morales) que su razón práctica se da a sí misma. Tres caracteres esenciales definen la ética de Kant: ética autónoma, una ética del deber y una ética formal:

·         Autónoma:
Es el propio sujeto el que se determina a sí mismo a obrar, a darse a sí mismo su ley, sin que le sea impuesta por nada a su razón.

·         Del deber:
La ley está llamada a legislar y regular las acciones de los humanos. Carácter de obligatoriedad. La ley moral se presenta como un “mandato”, un “imperativo”. Es el deber: el deber de obrar de acuerdo con la ley moral.

No es lo mismo obrar conforma a la ley y al deber, que obrar por deber y con respecto al deber. Una acción sólo es buena cuando además de obrar conforme al deber, se hace por respeto a la ley y al deber.

Kant diferencia dos tipos de imperativos:

-        Imperativos hipotéticos: obligan únicamente a las personas que quieren alcanzar un fin determinado y la acción expresada en el mandato es un medio para alcanzarlo.
-        Imperativos categóricos: obligan a realizar una determinada acción de forma universal e incondicionada.

Los imperativos hipotéticos son consejos de una razón prudencial o calculadora, cuando quiere un fin, quiere los medios para alcanzarlo.

·         Formal:
La ética, según Kant, no tiene por tarea dar normas morales sino que debe ocuparse de descubrir qué rasgos formales deben tener las normas morales para que podamos percatarnos de que tienen la forma de la razón.
Kant centro sus estudios en estudiar la moral humana y en buscar cuál es el núcleo central de la moral humana. La moral esta relacionada con las acciones que realizamos; pero a veces hacemos cosas y obtenemos resultados opuestos o diferentes a los que habíamos buscado. Eso puede haces que pensemos, ¿para qué voy a hacer esto si luego los resultados van a ser muy distintos a los que espero?

Kant piensa que lo mejor de las personas es su buena voluntad y que a lo único que no podemos renunciar es a tener buena voluntad. Si una persona actúa con buena voluntad, sean cuales sean las consecuencias nadie puede reprocharle absolutamente nada. Pero ¿en qué se basa la buena voluntad moral?

Toda la moral esta formada por imperativos, es decir, por ordenes. Durante toda nuestra vida nos estamos dando órdenes a nosotros mismo de acuerdo con lo que queremos hacer.

Lo ideal seria que nuestra condición humana nos obligase a tener unos imperativos por ser racionales, por ser humanos; Kant lo expresa de varias maneras, pero en conjunto es que para tomar una decisión debes pensar con racionalidad qué procedimientos debes seguir para obtener tu objetivo. Pero no hay que guiarse por conseguir los deseos, ni por evitar las malas consecuencias; hay que guiarse por hacer lo correcto. Y pensar en que si otra persona estuviera en las mismas condiciones que tú, también actuaría de la misma forma que tú porque es lo correcto.

Kant propone un test; la persona debe preguntarse a sí misma si reúne los siguientes rasgos:

-        Estar dotado de universalidad: será ley moral aquella que yo creo que todas las personas deberían cumplir, de forma que no hago conmigo una excepción.
-        Referirse a seres que son fines en sí mismos: será ley moral la que proteja a seres que tienen un valor absoluto.
-        Valer como norma para una legislación universal en un reino de los fines: para comprobar si una máxima es ley moral es preciso comprobar si sería una ley vigente en un reino en que todos los seres racionales se trataran entre si como fines y no como medios.

Si los seres humanos somos capaces de darnos a nosotros mismos este tipo de leyes que nos permite ser capaces de ponernos en el lugar de cualquier otro, entonces es que somos autónomos y no heterónomos.

Sólo una ética formal puede dar cuenta de la autonomía humana.

Pero, ¿Verdaderamente las personas somos capaces de proporcionarnos a nosotros mismos unas normas morales correctas sin dejarnos llevar por los deseos?¿Todas las personas en las mismas circunstancias harían lo correcto, o algunas renunciarían a lo correcto por obtener beneficios o evitar las malas consecuencias? Además hay personas que pese a que saben que una cosa es mala la hacen, por ejemplo robar es malo, pero si un hombre ve que sus hijos se están muriendo de hambre roba. O mentir es malo, pero si con ello evitamos males mayores pues lo hacemos. Estos y otros ejemplos los encontramos todos los días a nuestro alrededor; por lo que bajo mi punto de vista lo que Kant nos propone es una sociedad un tanto utópica; ya que estamos muy lejos de conseguirla.